Cómo sabéis por el diario del día anterior nuestra llegada a Las Vegas nos había decepcionado un poco. Y mi catarro iba cada vez peor, también empeorado por el gélido aire acondicionado de los hoteles de Las Vegas. Así que decidimos reestructurar este día, lo dedicaríamos menos al turismo y más a las compras y a relajarnos.
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Las Vegas North Premium Outlet
Tras conseguir canjear los bonos de desayuno que nos habían «regalado» en el hotel, cogemos el coche y nos vamos hasta el que dicen que es uno de los mejores outlets de Las Vegas: el North Premium Outlet.
Es un centro comercial al aire libre con bastantes tiendas de marca. La verdad es que tampoco encontramos tantas gangas como dice la gente. En las tiendas de Nike y Adidas no había prácticamente nada de calzado y la ropa era de temporadas muy pasadas. Al final tuvimos algo más de suerte en The North Face donde Rubén consiguió un abrigo de 190$ por poco más de 100 euros. Y en Levi’s compré unos vaqueros y una gorra para mi y unas camisetas para Rubén, no tenían una rebaja espectacular pero los vaqueros son de un modelo que no conseguía encontrar en España.
Pasamos toda la mañana curioseando, luego comimos en un Shake Shack del propio centro comercial y volvimos al hotel a dejar las compras.
Piscina del Hotel Flamingo
Como estábamos cansados y acalorados de las compras decidimos ir a relajarnos a la piscina de nuestro hotel (The Linq), pero según la vimos dimos media vuelta. Es una pequeña piscina de poca profundidad donde la gente se dedica a bailar y a beber con la música a todo trapo.
Como habíamos leído que al estar alojados en un hotel de la cadena Caesars podías utilizar las piscinas de cualquiera de sus hoteles (Menos las del propio Caesar’s Palace que son de pago) fuimos a probar suerte a la del Hotel Flamingo.
Hay dos piscinas, una con un ambiente un poco más familiar y relajado y otra más fiestera. Estuvimos un rato en cada una y la verdad que nos gustaron infinitamente más que la del hotel The Linq.
Cartel de Las Vegas
Después del rato en la piscina, nos duchamos y nos arreglamos para ir a ver el famoso cartel de Las Vegas. Se puede aparcar muy fácilmente en unos sitios que hay justo al lado del cartel. Nosotros llegamos justo tras la puesta de sol y había una luz muy bonita.
Suele haber una cola bastante larga para hacerse una foto con el cartel de frente, pero si os poneis en un lado también salen fotos muy chulas y no tendreis que esperar. Eso si, hay que tener un poco de paciencia para esquivar a la gente.
Freemont Experience
Tras ver el cartel nos acercamos con el coche a Freemont Street. La verdad es que fue de lo que menos nos gustó de Las Vegas, y yo diría que del viaje entero. La calle es famosa por estar cubierta por unos grandes paneles desde donde se hacen espectáculos luminosos. Pero cuando nosotros fuimos había varios tramos de los paneles apagados. Además la calle en sí está llena de chicas con poca ropa haciéndose fotos con borrachos por dinero, gente humillándose de varias formas para ganar unos dólares y mucho homeless. En definitiva nos pareció un lugar muy decadente y nos fuimos de allí en menos de un cuarto de hora.
Hoteles de Las Vegas
Ya eran sobre las 8 de la tarde cuando dejamos el coche de nuevo en el parking de nuestro hotel y salimos a curiosear a pie los grandes hoteles de Las Vegas. Entre nuestros favoritos están el Venetian, el Bellagio y el París.
Nos paramos a contemplar varios espectáculos de la famosa fuente del Bellagio, que nos parecieron espectaculares, y también vimos el espectáculo del volcán del Mirage.
También nos perdimos en casinos varios. Lo de perderse no es una forma de hablar, estos hoteles están especialmente diseñados para que te pierdas y no consigas salir. Si os fijáis atentamente en los carteles nunca indican «Exit», como mucho te indican el nombre de una calle y en letras bien pequeñas.
Después de unas horas y de jugarnos unos pocos dólares (con los cuales no ganamos nada, por supuesto) nos acercamos a cenar a un Taco Bell y nos fuimos a dormir.
Este diario no es tan detallado ni tiene tantas fotos como los otros. La verdad es que se nos quedaron muchas cosas por ver y hacer en Las Vegas. La ciudad en sí no nos gustó demasiado y eso unido a mi catarro hicieron que nos tomáramos las cosas con más calma.
Pero nuestro viaje continúa y a partir de aquí os aviso de que la cosa va mejorando exponencialmente…
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