Buscando información acerca de las excursiones que se podían hacer desde Ao Nang, me topé con las palabras “snorkel nocturno”. Y automáticamente pensé ¡Yo quiero hacer eso!. Aún prácticamente sin tener ni idea de que era. Estuve buscando información pero apenas encontré. Lo que si me quedó claro es que una de las agencias más recomendadas para la excursión era Thalassa Tours.
En su web ofrecen excursiones semi-privadas con horarios algo distintos al resto de tours organizados con la intención de evitar la masificacion en las playas. Y además un guia en español.
El precio era de 2500 THB por persona, es decir, unos 124€ en total los dos. Fue la excursión mas cara que hicimos. Incluso mas caro que alquilar un longtail para nosotros solos durante 6 horas en Phi Phi. Pero sin duda fue dinero bien invertido. Así fue el día:
A las 11:45 nos dirigimos al punto de encuentro en el paseo marítimo de Ao Nang. Por fin había salido el sol, de hecho fue el día mas soleado de todo el viaje. Allí había ya esperando un grupo de 3 españoles y 4 chinos. Nos recogieron en una camioneta y nos llevaron al longtail en el que se hace la excursión. Es un longtail algo mas grande de lo normal. Acondicionado con bancos a los lados y un techo al que se puede subir a tomar el solecito y disfrutar de las vistas.
Railay
La primera parada fue Railay West, donde nos dimos nuestro primer baño. Allí subieron 2 parejas mas de españoles. En total fuimos 13 personas mas dos guías (una española y un thai) y el conductor.
Nosotros ya habíamos estado en Railay el día anterior haciendo una excursión por nuestra cuenta. Si quieres saber cómo llegar desde Ao Nang te lo contamos en este post. Sin embargo, la playa estaba mucho más bonita ese día gracias al sol resplandeciente.
Poda Island
Tras pasar una media hora en Railay nos llevaron a Poda Island. Donde se encuentra el famoso peñón que acapara las portadas de las revistas de viaje de Tailandia. Amarraron el longtail en una zona de la isla en la que apenas había gente. Por lo que pudimos disfrutar de un bañito en soledad y de un paseo hasta el peñón. Después de un rato nos prepararon la comida. Colocamos unas cuantas esterillas a la sombra y disfrutamos de la deliciosa comida. Había noodles, pollo con albahaca, rollitos, arroz… y todo buenísimo.
Snorkel de día
Descansamos unos minutitos bajando la comida y después nos pusimos de nuevo en marcha. Ahora tocaba el primer punto de snorkel del día: una zona de corales protegida. Estaba delimitada por bollas y los barcos no pueden cruzar por lo que puedes bucear totalmente seguro. En la excursión te dan tubo y máscara y si quieres también chaleco salvavidas.
Nosotros nunca habíamos hecho snorkel fuera del mediterráneo y la verdad es que fue toda una experiencia. Nunca habíamos visto tanta variedad de peces juntos, todos nadando a nuestro alrededor. También alucinamos con el tamaño de los erizos de mar y de los moluscos. Allí todo es a lo grande!
*Perdonad la calidad de las imágenes. Pero entre que el agua estaba un poquito turbia y que nuestra cámara es una señora muy (muy) mayor…
Cabe mencionar, que nadie de la excursión echaba de comer a los peces. Vimos que era una actitud bastante común en la mayoría de tours. Echaban migas o galletas al agua para atraer a los peces y así tener contentos a los turistas. Sin embargo, si de verdad saben donde llevaros no será necesario «sobornar» a los peces ya que los veréis igualmente. Lo mejor es evitar siempre alimentar animales salvajes ya que podemos alterar su metabolismo y perjudicarles.
Los dos guías estuvieron con nosotros en todo momento, nos señalaban algunas especies de peces y nos explicaban algunas curiosidades. Hasta tuvimos la suerte de ver un pez globo. También nos explicaron el cuidado que hay que tener con los corales. No ponernos de pie sobre él y por supuesto no tocar ni llevarse nada.
Después de una hora aproximadamente, regresamos al longtail. Allí nos pasaron un cuadernos con fotos de las diversas especies de peces de la zona. Y comenzó una intensa charla de contarnos unos a otros los que habíamos visto. Fue un momento muy divertido y sin duda uno de los mejores de todo el viaje.
Tup Island y Chicken island
Ya en el barco, nos dieron algo de fruta para merendar y nos pusimos rumbo a Tup Island. De camino rodeamos la famosa formación rocosa que da nombre a Chicken Island. Juzgad vosotros mismos si veis una cabeza de pollo, un dinosaurio, un pato… xD
Tup island es un pequeño islote que se une a Chicken island por una lengua de arena. Cuando nosotros llegamos, ya por la tarde, la marea estaba baja y se podía cruzar sin mucha dificultad de una isla a otra. Sin embargo, si vais por la mañana la marea suele estar más alta y no siempre se puede ver la lengua de arena.
Atardecer en Phra Nang Beach
Cuando el sol empezaba a caer, subimos de nuevo al longtail para volver de nuevo a Railay. Pero esta ver a Phra Nang Beach. Allí se encuentra la famosa Princess Cave. Una pequeña cueva situada en un extremo de la playa y repleta de figuras de penes y otras ofrendas. Estas curiosas ofrendas se realizan para pedir fertilidad y buena suerte en el mar. Es un lugar, cuanto menos, curioso y fotogénico.
Además de por la cueva, Phra Nang destaca por su impresionante pared vertical.
Después de un baño y de ver la cueva tocaba ver el atardecer. De nuevo nos prepararon las esterillas sobre la arena y esta vez para merendar un sandwich (tambien riquísimo). Vivimos un atardecer precioso y unos momentos de paz después de lo ajetreado del día.
Snorkel nocturno
Y ahora sí. Uno de los momentos que más ganas teníamos de vivir. Esperamos un poco a que terminara de oscurecer y de nuevo subimos al barco. Nos llevaron a una zona al amparo de una de las grandes paredes verticales para que hiciera sombra sobre el agua y estuviera aún más oscuro. El plancton es bioluminiscente, si conseguimos total oscuridad, al tirarnos al agua y movernos brillará como lucecitas blancas a nuestro alrededor. El efecto no es fácil de describir. Nosotros mismos no teníamos muy claro que íbamos a ver y pensamos que nos decepcionaría. Ya que nos habían dicho que nos olvidáramos de esas fotos de luces azules más propias de la película «La vida de Pi».
Sin embargo, al lanzarnos al agua y apagar las luces del barco se hizo la magia. Al mirar con la máscara de snorkel y patalear empiezan a brillar multitud de lucecitas de color blanco. Incluso pueden verse desde fuera del agua. Eso sí, en cuanto dejas de moverte se apagan. Así que ahí estábamos… 13 personas adultas con nuestros chalecos salvavidas chapoteando en el agua.
Nos dijeron que no intentásemos sacar la cámara, ya que no se aprecia nada. Así que eso hicimos. Preferimos dejar la cámara en la mochila y disfrutar del momento. Fue muy divertido y no nos decepcionó en absoluto. Es una de esas experiencias que nunca jamás olvidaremos.
Después de unos minutos subimos por última vez al longtail y pusimos rumbo a Ao Nang. Ya era de noche cerrada y mojados del chapuzón refresca un poco. Por eso mejor llevar alguna toalla para arroparnos. Una vez en el puerto nos subieron a una furgo y nos dejaron en los respectivos hoteles.
Como hemos dicho al principio fue uno de los mejores días del viaje. La excursión fue perfecta de principio a fin y la gente de Thalassa muy profesionales y atentos. Sin duda repetiríamos!
Esperamos que os haya gustado y ¡Buen viaje!
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