Museo Intrepid
Es ya nuestro quinto día en Nueva York ¡Cómo pasa el tiempo cuando estás de viaje! Hoy tocaba visitar un museo y nosotros, que no somos muy fans del arte, nos decantamos por el Intrepid Sea-Air-Space Museum.
Pero primero nos dirigimos en metro al Rockefeller Center para reservar las entradas del Top Of The Rock al atardecer. Subir al atardecer es la mejor manera de poder disfrutar de las vistas con la claridad del día y con la espectacularidad de las luces de noche. ¿Lo malo? Que todo el mundo quiere esa hora y hay que reservar con antelación. Nosotros fuimos sobre las 9 de la mañana y ya había horarios agotados. Aun así tuvimos suerte y conseguimos las entradas para las 15:30. Ahora sí, con nuestras entradas en la mochila nos vamos a ver el museo.
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Por algún motivo que desconozco no hay ninguna parada cerca del Museo Intrepid. La mejor opción que encontramos fue bajarnos en la parada de la calle 50 y dar un paseíto hasta allí.
El museo está situado dentro y sobre el portaaviones Intrepid. La entrada cuesta 33$ por adulto y 24$ para niños de 5 a 12 años. También se pueden canjear las entradas en el City Pass, que fue lo que nosotros hicimos.
La visita nos pareció muy interesante. En primer lugar vimos el portaaviones por dentro, donde conoces un poco de su historia. Sobrevivió a ni más ni menos que a cinco ataques kamikazes y a un ataque con torpedo durante la II Guerra Mundial, después sirvió en la Guerra Fría y en la Guerra de Vietnam. Más tarde fue buque de recuperación de la NASA y en 1974 fue dado de baja.
Después subimos a la cubierta del portaaviones, donde además de unas vistas muy chulas de la ciudad hay multitud de aviones originales restaurados. Entre ellos, el famoso Concorde, el avión que cruzó el Atlántico en 2 horas y 52 minutos. Y que fue retirado por ser demasiado peligroso y poco rentable.
También sobre la cubierta está situado el pabellón que alberga la nave de la NASA Enterprise, que allanó el camino del programa de transbordadores espaciales de Estados Unidos.
Por último, entramos dentro del submarino Growler. Una visita no apta para claustrofóbicos. Es el único submarino de misiles estadounidense abierto al público. Nos pareció muy interesante ver cómo era la vida dentro de un submarino. Como tenían que adaptar cosas tan cotidianas como la cama, el baño o la cocina a un espacio ultra reducido.
Cómo veis, es una visita muy completa. A nosotros nos llevó toda la mañana y nos gustó mucho.
Al salir nos dirigimos de nuevo al metro, haciendo una parada para comer en un local de 0,99 Pizza. Fuimos varias veces a estos locales, y es que te permiten comer de manera rápida y muy muy económica.
Top of The Rock
Llegamos al Rockefeller Center con unos minutos de antelación, pero no te dejan subir hasta que no llega la hora exacta de la cita.
El precio de las entradas es de 36$ por adulto y 30$ para niños de entre 6 y 12 años. Si quieres subir al atardecer, tendrás que pagar un suplemento de 10$ extra por persona. Suelen empezar a cobrar este suplemento una hora antes de la puesta de sol. Lo sabrás porque al seleccionar la franja horaria aparece el icono de un sol.
Nosotros no tuvimos que pagar ningún suplemento. Pero no tenemos muy claro si es que al canjear las entradas con el CityPass no cobran nada extra. O es que subimos antes de la hora. Como os decía antes, subimos a las 15:30h y el atardecer estaba previsto a las 16:30h mas o menos. Así que, en teoría, deberíamos haber tenido que pagar el suplemento. ¡Pero no nos vamos a quejar!
Una vez que ya pudimos pasar nos encontramos con otro control de seguridad como el de la Estatua de la Libertad. Y justo después con una pequeña exhibición acerca del edificio. Allí te hacen una foto que podrás comprar más tarde por un ojo de la cara. Y ahora sí, por fin nos subimos al ascensor.
La subida en el ascensor es toda una experiencia, el techo es transparente y puedes ver el ascenso junto con una pequeña proyección de luces e imágenes. Estarás en la planta 67 del edificio en 42 segundos.
Una vez arriba, podrás moverte entre las plantas 67 y 70. Las dos de abajo tienen terrazas acristaladas y la última planta está totalmente abierta. Ojo con el viento y el frío, subid bien abrigados.
Seguro que ya habéis visto mil veces la típica foto desde la ventana. Pues bien, aquello era la jungla. Sólo hay tres ventanas que poseen estas vistas tan codiciadas. Cuando nosotros llegamos una de las ventanas estaba ocupada por un grupo de amigos que no se movieron de allí en toda la tarde. Para acceder a las otras dos ventanas había cola, pero tienes que andarte con mil ojos con los chinos que quieren colarse. Cuando llega tu turno tienes que quitarte en tiempo récord abrigo, bufanda, gorro y mochilas. Dejarlo todo en el suelo y hacerte la foto rápidamente antes de que alguien se impaciente. Os cuento todo esto para que sepáis la realidad que se esconde tras la foto.
A veces la realidad que se esconde tras la foto no es tan bonita como la propia foto…
Después de ese pequeño momento de estrés, disfrutamos tranquilamente de las terrazas. Hacia el sur se ve Central Park, aunque ahora algo oculto por nuevos edificios en construcción. Por el norte tienes el Empire State en primer plano que enciende sus luces cuando baja el sol.
El Top of The Rock fue el único rascacielos al que decidimos subir y por tanto no podemos compararlo con los otros. Pero a nosotros nos encantó. Incluso una de las fotos se ha convertido en un cuadro de nuestro salón.
Tras unas tres horas y ya de noche cerrada decidimos bajar. Dimos un pequeño paseo hasta Times Square, donde cenamos en un Five Guys cercano. Con la tripa llena volvimos en metro al hotel a descansar.
GASTOS DEL DÍA
Desayuno Dunkin Donuts: 8 $
Entradas Museo Intrepid: 0 $ (Canjeadas con CityPass)
Comida 0,99 Pizza: 8 $
Entradas Top of The Rock: 0 $ (Canjeadas con CityPass)
Cena Five Guys : 28 $
TOTAL: 44 $. Unos 39 €
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